miércoles, 21 de marzo de 2018

Sexto día del Septenario a Nuestra Señora de los Dolores



Sexto Dolor: María recibe el cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz
La daga del sexto dolor
como novia de la muerte
viste tul de oscuridad
con velo de fría noche
todo se ha consumado
todo como de repente
todo en fúnebre caos
todo en giro sin norte
todo en pura penumbra
todo en un seco golpe
el día izó las velas
navegando no sé dónde
y cumplió la profecía
cada letra de su nombre
hermanando cinco dagas
en el pecho de Dolores
¡no quiero que mires Madre!
lo que tú no te mereces
recuérdalo entre tus brazos
como un niño sonriente
¡no quiero que mires Madre!
aunque Eslava lo aconseje
no grabes en tu retina
el perfil de los azotes
ni la huella que la lanza
rubricaba con reproche
no busques con la mirada
los clavos de color ocre
¡no quiero que mires, Madre!
que la visión te enloquece
pues la vida se esfumó
desangrando al martinete
pudo el triunfo del Sheol
en los sepulcros inertes
donde cada sepultura
viste con piel de serpiente
¡no quiero que mires, Madre!
no hagas que me avergüence
pues la orla del pecado
sigue siendo mi cómplice
sembrando por los calvarios
los huéspedes de la morgue
¡déjame reparar Madre
el daño de los grilletes
que puse en tu corazón
crucificando inocentes!
quiero amainar tu dolor
con mixturas de aceite
descenderlo muy despacio
hasta dejarlo en tu fuente
voy a ser tu costalero
para amortiguar los golpes
a la carne desgarrada
donde agonizan los cortes
voy a ser tu capataz
para mimar el desate
y que sus manos hinchadas
no sientan el desenlace
seré fiel sepulturero
cuidadoso del detalle
para que su cuerpo sienta
mi obra de caridad fiable
porque sé que en ti María
su sangre en tu pecho late
y en tu abismo de dolor
un océano se abre
para que encuentre la paz
la tormenta deleznable
y se acune en tu regazo
el mejor de los mortales
eres trono, cielo y cruz
para el Cordero sangrante
siguen siendo tus entrañas
elegidas por el Padre
aunque nadie lo refiera
ni el Evangelio lo narre
fuiste de nuevo su cuna
arrullando los ultrajes
sin dejar caer al suelo
los flecos del estandarte
fuiste caricia y beso
deshojando soledades
escribiendo mil te quieros
en la piel de los desaires
fuiste bálsamo de luz
en el hueco lascerante
estrella de blanca estela
por penumbras corporales
fuiste dulce trovadora
de una nana de chupetes
mientras la luna mecía
el sueño de los cipreses
fuiste roca ensangrentada
donde la fe prevalece
agua limpia y cristalina
del manantial más agreste
fuiste por toda Sanlúcar
rosa de espinas doliente
terracota del lamento
las manos de cedro fuerte
sanluqueña perla negra
en un palio penitente
y nunca podrá el dolor
caminar con tanto porte
como lo hace en el tallo
del nardo de los Dolores
el Jueves de recogía
entre saeta y fervores
todo allí en la Trinidad
joyero de dos brillantes
donde reza sin descanso
la dueña de los cabales
pues en su cara de reina
va la calma más afable
la que enamoró mis “sentíos”
cuando la vi aquella tarde
aroma de primavera
en la cruz de mis afanes
me enamoraste mi Reina
y mi sentir tú lo sabes
pregonero cuando quieras
de tu Plaza y de tu Valle
de esta familia que quiero
porque me enseña a mimarte
vocero en blanco y negro
en mis puntos cardinales
que suerte ser sanluqueño
para seguir tus andares
por eso corre en mis venas
ese deseo innegable
de quedarme siempre aquí
a la vera de mi Madre
dejarme ser sanluqueño
aferrado a sus varales
ese día que en sus sienes
reposen muchos quilates
la fe de un pueblo entero
que no sabe cómo amarte
dejarme un hueco hermanos
para llorar como nadie
lo que hizo Ella por mí
las lágrimas bien lo saben
déjame sentir Sanlúcar
el reloj de los honores
cuando la misma Trinidad
corone a su Dolores.
(6º DOLOR. PREGÓN DE LOS DOLORES 2018. RVDO. P. FRAY MARTÍN ALEXIS GONZÁLEZ GASPAR)